Hoy quiero tu cuerpo. Mañana quiero tu mente y pasado tu corazón. A día de hoy necesito compartir cada segundo a tu lado y castigar mi piel con el calor que desprende tu cuerpo. Es abrasador lo que me hace sentir, duele tanto que parece una penitencia más que placer, pero me encanta sentir que estoy viva, y que vivo por ti. Te deseo tanto que
literalmente muero, me deshago, me convierto en mantequilla al
rozarte.
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